- Controla la dosis, cómo la consumes y con qué otras sustancias la combinas. Una o dos copas es lo adecuado.
- Ten en cuenta que puedes perder el control junto al cliente y estar en riesgo de agresión por parte del mismo.
- La pérdida del control de la situación puede provocar que realices prácticas sexuales no acordadas con el cliente; como por ejemplo, no usar el preservativo o que éste intente romperlo y quitárselo sin que te des cuenta.
- El consumo de cocaína o alcohol por parte del cliente puede derivar en dificultades de erección y de consumar el acto sexual.